Os planteo una situación: estamos de vacaciones, estamos tomando un montón de fotografías para enseñárselas a nuestros amigos y, en un momento determinado, pulsamos un botón fatídico que elimina todas las instantáneas que hemos tomado durante aquel viaje. No es algo tan raro: quién no ha formateado un pen drive que contenía información importante por error, o lo ha desconectado antes de extraerlo con seguridad. Lo bueno es que, como siempre, tenemos modos de recuperar archivos eliminados.
Primero de todo: no escribas nada en el dispositivo
Tengamos en cuenta una cosa: cuando eliminamos información, muchas veces, no la eliminamos por completo. Sé que parece una incongruencia. Realmente, cuando eliminamos un archivo, lo que modificamos es el sistema de ficheros de la unidad en cuestión, mientras que la información sigue intacta pero marcada como libre, esperando a que otro archivo quiera espacio para ser guardado en su lugar.
Por ello, es primordial que no utilicemos esa tarjeta de memoria, unidad flash o disco duro. Que lo desconectemos y lo guardemos hasta que podamos proceder a recuperar la información con más tranquilidad (y un ordenador). Cada foto que realicemos y archivo que guardemos (o modifiquemos) en esa unidad es un sector menos que podremos recuperar después.
Tengamos en cuenta que una tarjeta de memoria nueva puede costar entre cinco y diez euros en cualquier tienda de electrónica o bazar. Puede merecer la pena hacernos con otra tarjeta de memoria para seguir haciendo fotos y guardar aquella que hayamos formateado por error en un bolsillo de la maleta.
Lo segundo: utiliza una herramienta especializada
Una vez hayamos vuelto a casa deberemos descargar algún programa para recuperar archivos. Yo siempre recomiendo Recuva por ser bastante sencillo de utilizar: básicamente es un asistente que debemos seguir para seleccionar la unidad de la que queremos recuperar archivos, los tipos de archivos que queremos recuperar y los archivos concretos.
Puede darse el caso de que perdamos información como el nombre de los archivos o su organización por directorios; esto depende del tipo de recuperación que tengamos que realizar y de la pérdida de verdad que hayamos tenido. En la captura superior también se aprecian dos tipos de archivos: con un icono verde y un icono rojo. Este icono identifica si el archivo está perfecto (y por tanto podemos recuperar su información) o si hemos sobreescrito, accidental o intencionadamente, los sectores físicos donde se encuentra.
También deberemos seleccionar dónde queremos guardarlos. Seamos precavidos, responsables y tengamos sentido común: guardemos los archivos en otra unidad. No conviene que, para recuperar un puñado de archivos, condenemos el resto de la información por guardarla en el mismo disco.
Por supuesto Recuva no es la única herramienta disponible para recuperar archivos. Herramientas como Data Recovery, PhotoRec o Zero Assumption Digital Image Rec quizá también puedan echar una mano.
Lo último: ten más cuidado la próxima vez
Todos hemos perdido archivos accidentalmente. Es un hecho. Pero cuando perdemos más fallos de la cuenta acabamos adquiriendo una serie de buenas costumbres que sin duda evitarán que se nos vuelva a perder un solo archivo:
- No desconectar un disco o unidad flash sin desmontarlos (o extraerlos con seguridad).
- Si no encontramos la opción de extraer una tarjeta de memoria/disco USB, apagar el dispositivo antes de desconectarlo.
- Llevar siempre más de una tarjeta de memoria libre para nuestras fotografías.
- Siempre que podamos, hacer copias de seguridad en otros discos o, incluso, en la nube, al menos de la información más importante.
Imagen | Laineema