Podemos instalar varios sistemas operativos en nuestro ordenador. A veces viene bien porque así podemos utilizar programas que están en otras plataformas y que son, en ocasiones, mejores que los de la nuestra. Además, nunca está de más aprender a utilizar otras herramientas. Por ello queremos mostraros maneras de instalar Ubuntu sin desinstalar Windows, de manera que podáis probar la distribución de Linux más popular sin modificar demasiado vuestro sistema actual.
Virtualizar
Podemos instalar Ubuntu dentro de Windows sin demasiado problema utilizando una máquina virtual. Podemos conseguir VMWare Player o VirtualBox sin ningún coste y crear, dentro de él, todas las máquinas virtuales que queramos, con el sistema operativo que queramos (incluso OS X). Los asistentes para crear máquinas virtuales son muy sencillos de seguir, teniendo que asegurarnos únicamente de asignarle a la máquina virtual espacio en disco suficiente. Aseguraos, eso sí, de que la virtualización está activada en la BIOS de vuestro ordenador.
Una vez tengamos la máquina virtual creada, basta iniciarla, seleccionar la imagen ISO del sistema operativo que vayamos a instalar (podéis descargar Ubuntu por BitTorrent desde su página de descargas alternativas utilizando cualquier cliente BitTorrent y veréis como descargáis todo lo rápido que podéis) e instalarlo siguiendo el asistente. No os preocupéis si algún mensaje dice que «va a eliminar datos del disco duro», dado que estaremos eliminándolos del disco duro virtual que hemos creado, y no del resto de nuestro disco.
Este sistema tiene varias ventajas y varias desventajas:
- El sistema estará esencialmente aislado del resto. Podemos romper todo lo que queramos.
- Podemos crear instantáneas y pausar y reanudar la ejecución de la máquina virtual, dejándola esencialmente parada pero sin cerrar los programas y ficheros en su interior.
- Su instalación es limpia y su desinstalación lo es más todavía: básicamente hay que eliminar un puñado de ficheros, y ya está.
- Por desgracia, requiere de bastantes recursos en nuestro sistema, dado que estaremos ejecutando los dos sistemas operativos a la vez (Windows y Ubuntu).
Arranque dual
Podemos también instalar Ubuntu junto a Windows, en una partición separada. Para ello únicamente necesitamos ser capaces de arrancar nuestro ordenador desde una unidad extraible, como un disco USB o un DVD (algo que es posible desde hace mucho tiempo). Una vez sepamos que podemos arrancar desde esta unidad, deberemos crear un disco booteable de Ubuntu. Podéis probar, por ejemplo, a crear un live USB con UNetbootin o utilizar la herramienta de Pendrive Linux. Si queréis quemar un DVD podéis hacerlo con ImgBurn. Es importante que sepáis si vuestro sistema es de 32 o de 64 bits (lo habitual, si el ordenador es más o menos moderno, es lo segundo).
Una vez hagamos esto, tenemos que iniciar nuestro ordenador desde esta unidad. Guardamos todos los ficheros, conectamos el USB (o introducimos el DVD), y cuando esté iniciándose el arranque (es decir, antes de que aparezca el logo de Windows) pulsamos algún botón para mostrar la lista de dispositivos desde los que podemos iniciar. Este botón dependerá del fabricante de vuestro ordenador, pero podéis probar con la tecla ESC, F1, F2, F10, F11 o F12. En ese momento esperamos a que se inicie el sistema.
Una vez iniciado, veremos un escritorio y, en él, un icono para instalar Ubuntu. Deberemos seguir el mismo proceso que seguiríamos con la máquina virtual, pero deberemos prestar especial atención al paso del particionado, porque si no estamos atentos a lo que hacemos podemos destruir toda la información de nuestro disco duro (y recuperar archivos puede volverse especialmente duro en este caso). Debemos instalar Ubuntu junto a Windows, y asignarle el espacio que consideremos oportuno (para probarlo, probablemente con 20 gigabytes sea más que suficiente). También debemos asegurarnos de que el proceso de instalación no se pare a la mitad.
Una vez instalado, aparecerá un menú al inicio de nuestro sistema, por lo que deberemos seleccionar cada vez que encendamos el ordenador qué sistema iniciar. Este método tiene también sus ventajas y sus inconvenientes:
- El rendimiento del sistema es mayor, dado que la totalidad de los recursos de nuestro ordenador se dedican a Ubuntu y a sus programas.
- No necesitamos tantos recursos de sistema: podemos utilizar un ordenador más antiguo.
- Es posible que desaparezca el menú de arranque, particularmente si tenéis un ordenador con Windows 8 y Secure Boot.
- Hay que prestar mucha atención a la hora de instalar el sistema, sobre todo porque un checkbox mal marcado puede hacer que eliminemos toda nuestra información del disco duro.
Imagen | blumblaum | Geoffrey Fairchild