Outlook es, para muchos, sinónimo de “correo electrónico”. No en vano se trata de un estándar de facto en muchas empresas, que lo instalan por defecto en los ordenadores de sus empleados, sobre todo si lo combinan con un servidor Exchange (o un servicio como Office 365). ¿Qué lo hace tan popular?
Para empezar, Outlook está incluido en Office, que también es la solución de facto para la gran mayoría de oficinas. Es una herramienta, por tanto, de amplio espectro. Es muy probable que cuadre en vuestras empresas y es muy probable que podáis, incluso, infrautilizarlo.
Digo infrautilizarlo muy conscientemente, sobre todo porque Outlook tiene una enorme cantidad de funcionalidades, fáciles y no tan fáciles de utilizar, que, cuando las descubráis, acelerará y mucho el manejo de vuestro correo electrónico. Cuando recibís mucho e-mail, sin duda, merece la pena. Por ejemplo, podéis configurar pasos rápidos para ejecutar una serie de acciones mecánicas con un único botón en la interfaz de usuario. Podéis configurar también reglas para eliminar, marcar, categorizar o mover correo según ciertas reglas (asunto, remitente…). Aunque eso lo hacen todos, la verdad.
Outlook nos permite conectar a cuentas POP3, IMAP4, Exchange y Exchange ActiveSync (únicamente desde la versión 2013), y manejar cómodamente nuestro correo cuando no tengamos conexión. Lo hace, además, dentro de nuestro escritorio pero fuera del navegador. Tengo bastante manía a usar el navegador para cosas que no son navegar, por lo que me resulta estupendo manejar mi correo electrónico sin abrir un navegador. Podría usar cualquier otro cliente, eso sí.
Microsoft Outlook es estupendo también para manejarlo en el hogar, aunque quizá sea matar moscas a cañonazos. Su precio hace que no sea una opción para muchos usuarios y hay otras alternativas que requieren una menor inversión y que sirven igual. En entornos empresariales sí que merece la pena considerarlo, sobre todo si estamos usando tecnología de Microsoft en terminales y servidores.
Alternativas a Outlook
Si no queréis usar Outlook, sobre todo porque en ordenadores no es gratuito, podemos usar otras alternativas en forma de clientes de correo electrónico que quizá no sean tan complejos ni tan usados, pero que nos servirán exactamente igual. Algunas son gratuitas (o incluso de código abierto), otras no.
Thunderbird quizá sea la más conocida y recomendada. Desarrollada y mantenida por la comunidad y la Fundación Mozilla (que también se encarga de Firefox, compartiendo componentes entre ambos productos) permite manejar nuestro correo, eliminando el soporte para Exchange por el camino. Es muy interesante que tiene soporte para complementos; es interesante, sobre todo, por no incluir manejo de calendario por defecto (debe ser instalado como una extensión). Gratuita y multiplataforma.
Otra bastante interesante es Evolution, gratuita y de código abierto y que también nos permite manejar nuestro correo de una forma bastante similar a Outlook. Es la que yo prefiero utilizar cuando utilizo sistemas Linux, por integrarse maravillosamente con el escritorio de GNOME. Tanto Evolution como Thunderbird, por cierto, permiten importar los datos de Microsoft Outlook de una forma más o menos limpia, sin perder nada por el camino.
En el terreno del shareware podeis mirar, por ejemplo, IncrediMail Xe, eM Client o Mokum Mail. También merece la pena probar Opera Mail, sobre todo por ser extremadamente ligero. Por otro lado, Outlook está disponible para OS X; en esa plataforma contamos con otros magníficos clientes de e-mail como el incluido por defecto en el sistema (Mail.app), Mailbox o AirMail.
Por último, quiero comentar que, si utilizáis Windows 8, 8.1 o 10 podéis utilizar las aplicaciones de Correo incluidas por defecto en el sistema (Outlook Mail/Correo de Outlook en Windows 10), que son gratuitas y sirven perfectamente para manejar el correo de una persona normal o incluso de un pequeño negocio.