Hoy es cada vez más habitual hacer uso de programas dentro de un navegador. Por ejemplo, para revisar nuestro correo electrónico, para chatear, o incluso para editar nuestros documentos. La cuestión es que hay gente a la que no le gusta utilizar su navegador para todo, y prefiere tener ventanas separadas para, al menos, aquellas páginas Web que utiliza siempre. Lo bueno es que es muy fácil transformar páginas Web en aplicaciones: vamos a ver varias alternativas.
Para todas las plataformas: Google Chrome
Google Chrome incluye, desde sus primeras versiones, la posibilidad de integrar págians Web como aplicaciones en el ordenador. Y el proceso no podría ser más sencillo.
- Abrimos, en una pestaña de Google Chrome, la aplicación Web que queramos.
- Cuando esté cargada, pulsamos en la hamburguesa: el icono formado por tres líneas horizontales que se encuentra en la esquina superior derecha de la ventana del navegador.
- En el menú que se despliega, buscamos «Más herramientas», y pulsamos en «Crear accesos directos a aplicaciones».
- En la ventana que se abre, seleccionamos las ubicaciones donde queremos los accesos directos.
Y ya está. No hay más que hacer. Una vez llevemos a cabo estos cuatro pasos aparecerán iconos en donde hayamos seleccionado que, al abrirlos, mostrarán la aplicación Web correspondiente en una ventana independiente.
En OS X: Fluid
Fluid es una aplicación para OS X que permite también integrar con el sistema una aplicación Web, haciendo en este caso que aparezca en la carpeta de aplicaciones y en el dock del sistema como entradas independientes. Se trata de una utilidad freemium, que podemos mejorar pagando una módica licencia para, por ejemplo, separar el almacenamiento de las cookies del del resto del sistema.
El mecanismo es el mismo: únicamente debemos abrir Fluid, introducir la URL de la página Web que queremos transformar en aplicación, ponerle nombre y, si queremos, ponerle un icono. Sin más.
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